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QI Magazine – Biodiversidad, proteger los recursos genéticos

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    La jarilla, un arbusto autóctono que crece en la provincia de La Rioja y otras zonas del país, era conocido y utilizado por pueblos originarios como planta medicinal. En 2006, investigadores del CONICET descubrieron casi por azar sus propiedades regenerativas para el cabello.

    QI Magazine – Biodiversidad, proteger los recursos genéticos

    Proteger los recursos genéticos

    La jarilla, un arbusto autóctono que crece en la provincia de La Rioja y otras zonas del país, era conocido y utilizado por pueblos originarios como planta medicinal. En 2006, investigadores del CONICET descubrieron casi por azar sus propiedades regenerativas para el cabello. Y a partir de este hallazgo científico, el emprendedor Sergio Garré, fundador del laboratorio Garré Guevara, decidió adquirir la patente del CONICET y llevar adelante la formulación de un producto para la calvicie (EcoHair), basado en extractos de este arbusto.

    Conforme aumentaban las ventas de lociones y champúes, el laboratorio se fue quedando sin stock y sin proveedores de jarilla. Entonces comenzó una investigación financiada por la empresa junto con el Instituto Darwinion del CONICET para optimizar la obtención de compuestos activos y la estandarización del proceso de recolección de este arbusto silvestre.

    Este trabajo duró varios años y no solo nos permitió obtener el recurso vegetal sino que certificamos orgánico y aplicamos por primera vez en Sudamérica el Protocolo de Nagoya para la protección de la diversidad genética”, destaca Garré. “Para nosotros es un reconocimiento de que nuestra producción preserva los recursos naturales, respeta la cultura de los pueblos originarios y contempla los intereses de las y los trabajadores”, apunta el emprendedor.

    El Protocolo de Nagoya es un acuerdo complementario al Convenio de Diversidad Biológica del PNUMA (Pro-grama de Naciones Unidas para el Medio Ambiente), que regula el “acceso a los recursos genéticos y la participación justa y equitativa en los beneficios que deriven de su utilización” en los países en vías de desarrollo.

    El laboratorio obtuvo el aval del cumplimiento del Protocolo con la colaboración del Ministerio de Ambiente de la Nación y la Secretaría de Ambiente de La Rioja. El gobierno provincial autorizó la recolección de hojas de jarilla con la aplicación de buenas prácticas, incluyendo el cumplimiento de la normativa ambiental y la capacitación de los recolectores.

    Asimismo, la certificación le otorgó a La Rioja los derechos exclusivos de uso del recurso genético, protegiendo al país de la biopiratería genética y evitando su apropiación sin consentimiento.